Continuación…
- Describa sus sentimientos: Explicar qué sentimientos nos produce la situación actual, y lo bien que nos sentiríamos si ésta cambiara, ayuda al otro a comprender la motivación que nos mueve a buscar el cambio. Por otra parte, las razones del corazón son muchas veces más fáciles de aceptar que las razones lógicas o simplemente de índole práctica. Describir nuestros sentimientos en la relación a una situación de pareja siempre es una forma de fomentar la intimidad, la comprensión y la colaboración mutua. Por ejemplo: «cuando haces tal cosa, yo me siento despreciado», es más aceptables y fácil de comprender que: » No deberías hacer tal cosa».
- Admite tu responsabilidad: Incluir siempre un comentario de la propia responsabilidad en el problema evita que el otro se sienta atacado o culpable, y deja muy claro que ése no es nuestro objetivo. Por ejemplo: «Reconozco que sido un error por mi parte no hablar antes de ello».
- Se breve: Repetir varias veces lo mismo o con distintas palabras, o alargar excesivamente el planteamiento, no es agradable para quien escucha. Produce la sensación de ser tratado como alguien de pocas luces o como un niño. En todo caso, corre peligro de que te rehúyan por pesado cuando empieces a hablar. Y recuerda: «lo bueno, si breve, dos veces bueno».
- Vigila la comunicación no verbal: Utiliza un tono de voz agradable, un volumen bajo, habla lentamente y adopta una postura relajada o cariñosa cuando plantees el problema. De esta forma es difícil que se lance a un discurso perentorio, desordenado o desagradable, a la vez que se da tiempo para pensar en lo que dice y cómo lo dice.
- Elige el momento oportuno: Si el otro está concentrado en cualquier tarea, importante para él, no le agradará que le interrumpan. Podrías probar primero con un: «¿Puedo interrumpirte un rato?», aunque no es aconsajable. Resulta mucho más recomendable esperar que el otro esté realizando alguna tarea que no implique concentración como lavar platos, bañarse, cenar…., durante la cual puede resultar agradable charlar.
- Ofrece una alternativa de solución: Conviene acostumbrarse a plantear los problemas ofreciendo propuestas de soluciones concretas, a las que el otro pueda unir sus propias alternativas.
Lectura inspiradora: Relación de pareja (Mª Helena Feliu y Mª Antonia Güell)