…Continuación
Segunda Parte…..
Realmente, nuestra situación cambia a cada momento, verdaderamente no hay nada a que aferrarse. La impermanencia es un hecho fundamental de la existencia. La práctica es un modo de sintonizar con la experiencia siempre cambiante del momento presente. Es un laboratorio de entrenamiento en el arte de vivir en el momento.
Este enfoque se resume en este lema, ni demasiado tenso ni demasiado flojo, (no fuerzo, pero no dejo de poner interés). Cuando prestamos atención a la respiración, sumamos presencia. Desarrollar el equilibrio es como surfear las olas, nos adaptamos en el proceso dinámico del movimiento de la energía.
Integrando los obstáculos y dificultades
Tal como escribió Machado “se
hace camino al andar”, nuestro viaje se desarrolla según avanzamos. Aprender
a poner atención en el viaje es lo que llamamos camino. Muchos maestros han
señalado que el camino es la meta. Un gran
obstáculo sería mantener unas expectativas muy definidas. Sin embargo,
el mismo obstáculo se puede ver de modo diferente, como la base para
reajustar nuestra atención y trabajar con lo que surja. Una vivencia de
satisfacción y congruencia puede llevarnos a la autocomplacencia o hacia una
mayor apertura y una vivencia de resistencia o aburrimiento puede llevarnos a
perder el interés o a observarnos con curiosidad.
Avanzando en el camino, a veces vivimos resistencia a la misma práctica.
Podemos encontrar fuertes patrones resistentes: ansiedad, pereza, frivolidad,
resentimiento, depresión, solo por citar algunos- que podrían llegar a hacernos
sentir que no tiene sentido continuar cultivando la Consciencia.
El enfoque revolucionario que podemos tomar es considerar
los obstáculos como hitos del camino. Nuestra irritación, aburrimiento, movimientos
emocionales, mente errante, o cualquier dificultad sería la base de la
práctica. Al examinar estos aspectos difíciles de la experiencia y por tanto
permitir que existan sin juicio o manipulación, estamos entrando en un espacio
más amplio, nuevo y creativo.
El lema Observar y dejar ir significa que cuando
prestamos atención a la respiración y nos damos cuenta de que estamos perdidos
en una fantasía o reviviendo un drama, simplemente lo etiquetamos como
pensando, y regresamos a la respiración. No hay necesidad de juzgar o evaluar
más. Simplemente dejamos ir. NO necesitamos reprimir o ignorar el
pensamiento. Tomamos contacto con nuestros pensamientos y emociones, nos
familiarizamos con los movimientos y patrones de la mente sin engancharnos a
ellos.
Esta exploración incluirá desde luego las ondas de pensamientos negativos y
emociones que a veces forman una ola de resistencia a la práctica misma. Cuando
la resistencia crece, puede ser útil recordar nuestra motivación
inicial para practicar, y seguir adelante
simplemente integrando caminos.
El Yoga físico y Mindfulness serían por tanto caminos complementarios de consciencia, que podemos integrar con naturalidad. No son fines en sí, sino medios para integrar cuerpo y mente, para integrar una actitud atenta y compasiva en la vida cotidiana, para integrar los cambios y dificultades como parte natural de la práctica y del proceso de vivir.
Tomado de revista VerdeMente –Agustin Prieta