Ennoviarse con la vida. Enhebrarse a la vida. Frases que denotan la emoción de vivir enamorado/a de la vida. Sentir la emoción de vivir es la base de una vida con significado. No hay otra forma más sana de vivir. Para ello se debe descubrir el sentido de la vida y la razón por la que se existe, quizá ayude preguntarnos quiénes somos, qué hacemos aquí y hacia dónde vamos. Se trata de conseguir trascender como persona y levantarte por las mañanas motivado para enfrentar el día.
¿Sientes que estás viviendo o sobreviviendo?
La percepción del bienestar tiene más que ver con llevar una vida significativa, una vida con sentido y con un propósito real que con una vida placentera.
Por mucho que se empeñe nuestra sociedad de ofrecernos un plan de felicidad muy asociado al consumo, a un poder adquisitivo que en muchos casos se consigue a través de un montón de horas en un trabajo no demasiado agradecido. No parece que conseguir una casa, un coche, un apartamento en la costa y tantas cosas más sea garante de felicidad o bienestar psicológico. En realidad, la percepción de bienestar tiene mucho más que ver con nuestra esencia, con cómo nos sentimos con nosotros mismos, con los demás e incluso con el Universo.
¿Tienes un proyecto de vida?
En realidad, todo el mundo tiene un plan de vida. Lo que ocurre es que no cualquier plan constituye un proyecto de vida. Las personas crean sus planes en base al entorno donde habitan, en las experiencias pasadas, los aprendizajes adquiridos, las expectativas y las creencias y todo junto va creando un plan.
Construyendo un proyecto de vida
Vives o sobrevives – Reconocer cuáles son los motivos para vivir y los elementos que renuevan o actualizan nuestro impulso vital es el principio de un proyecto de vida con sentido. Reflexionar sobre los valores y los principios que nos hacen sentirnos bien y determinar si nuestra manera de actuar está en consonancia con ellos.
Descubrir el propósito de vida también va de la mano con identificar las pasiones que nos mueven por dentro. Realizar una o varias actividades que nos hagan sentir completos, en buena medida, nos permite descubrir lo que es importante y esencial para cada uno.
Cuando se crea un proyecto de vida significativa se está, de algún modo, reconstruyendo la propia identidad. Implica una toma de decisiones importante y un compromiso profundo con el desarrollo personal. Decidir el propio destino y alcanzar el máximo potencial como persona es el objetivo de fondo en el que se enmarca cualquier proyecto de vida.
Es importante entender la propia historia personal, las experiencias y aprendizajes que han ido dando forma a la persona actual y que ayudan a entender el presente y a preparar el futuro. Se debe trabajar también en el reconocimiento de las propias fortalezas y de las debilidades. Analizar el entorno social y las oportunidades que pueda brindar. Estos son recursos que facilitan entender dónde se debe mejorar y dónde encauzar los esfuerzos.
Por otro lado, conocer y entender la misión personal es indispensable para crear un proyecto de vida en el que quepan tantos desafíos como fortalezas. Además, es importante alcanzar una cierta consonancia entre lo que pensamos, sentimos y hacemos, de manera que la disonancia no nos torture.
Tener un proyecto de vida facilita una labor: la de separar aquello que importa de lo que es prescindible. Tener un proyecto de vida es invertir bien nuestra energía y tiempo.
¿Te animas a ennoviarte con la vida?
“Podemos acudir a un psicólogo no solo cuando tengamos un problema.
También para prevenir”
Virginia Barba – tu psicóloga de confianza