El amor propio es un estado mental y emocional, con el que sentirnos bien con nosotros mismos. Influye en la forma en que nos relacionamos con los demás, en la imagen que proyectamos en el trabajo y en el modo en que hacemos frente a los problemas.
Podríamos decir que estamos ante una dimensión fundamental para nuestro bienestar. Implica que podamos enfrentarnos con mejores recursos a cualquier desafío, sea grande o pequeño.
El amor propio es , un estado de aprecio que va surgiendo a medida que hacemos cosas por nosotros mismos. A medida, por ejemplo, que invertimos en nuestro desarrollo psicológico, emocional y espiritual. Es una dimensión dinámica que nos permite madurar en fortalezas, en calidad de vida…
“Hasta que no te valores a ti mismo, no valorarás tu tiempo. Hasta que no valores tu tiempo, no harás nada con el”.
-M. Scott Peck-
El amor propio no implica solo sentirse bien. No es algo que puede lograrse cuidando la imagen, a través de lecturas inspiradoras o compartiendo tiempo de calidad con los seres queridos o disfrutando en soledad de actividades que nos gusten. A pesar de lo gratificante que estas y otras cosas puedan ser, el amor propio no es esto.
Define ante todo nuestra capacidad para apreciar lo que hacemos y valorar lo que somos. Son dimensiones que a menudo, se ven vulneradas como efecto de una mala crianza, una educación autoritaria o marcada por la indiferencia…
El amor propio es un estado que no admite dudas, si lo depositamos en otras manos correremos el riesgo de perder así nuestra dignidad. Este tendón psíquico exige cuidados y crece mediante acciones que nos hacen madurar. Cuando actuamos, por ejemplo de manera inteligente salvaguardando nuestros intereses y valores, cuando empezamos a aceptar mucho mejor nuestras debilidades y nuestras fortalezas y tenemos menos necesidad de explicar nuestras carencias.
Estamos a su vez ante un estado que nos hace sentir compasión por nosotros mismos como seres humanos luchando por encontrar un significado personal. Gracias a ello estamos más centrados en nuestro propósito y nuestros valores, los mismos que esperamos cumplir a través de nuestros propios esfuerzos.
“Ámate a ti mismo primero y todo lo demás vendrá a continuación. Realmente tienes que amarte a ti mismo, para conseguir hacer algo en este mundo” (Lucille Ball)
Algunos pasos para aumentar el amor propio
Reflexionemos a continuación sobre las siguientes dimensiones para aumentar el amor propio.
1. Permanece atento y consciente
Las personas que tienen más amor propio tienden a saber lo que piensan, sienten y desean. Ellas son conscientes de lo que son y lo ponen en práctica y no actúan en función de lo que otros quieren para ellos.
A pesar de que muchos estemos de acuerdo con este enfoque, no siempre lo aplicamos como debiéramos. Nos descuidamos, dejamos pasar aquello que nos molesta, nos relegamos a veces para priorizar a otros, y con todo ello, el amor propio se va deshilachando. Evitemos esto último, apreciemos lo que somos y lo que valemos.
2. Actúa en función de tus necesidades, no de tus deseos
Amar no significa cumplir con los deseos del otro, sino facilitarle lo que necesita. El amor hacia uno mismo funciona bajo el mismo principio. Si te centras en lo que necesitas te mantendrás apartado de los patrones de comportamiento automáticos que son poco saludables, esos que te dan problemas o que te mantienen anclado en el pasado.
3. Practica un buen cuidado personal
Una manera de aumentar el amor propio es cuidar más de tus necesidades básicas. Las personas que se aman a sí mismas se alimentan diariamente a través de actividades saludables, lo que incluye una buena alimentación, ejercicio, buen sueño, intimidad e interacciones sociales saludables.
No dudes por tanto en dedicarte el tiempo que mereces, no tengas miedo de priorizarte. Porque el amor propio no es egoísmo, es un ejercicio de salud para el propio equilibrio físico, mental y emocional.
4. Establece límites
Una persona que se ama a sí misma tiene valor para establecer límites y para decir “no” a todo lo que le afecta física, emocional o espiritualmente. Esta es sin duda una de nuestras cuentas pendientes, esa práctica que tanto nos cuesta pero que a fin de cuentas es tan necesaria para nuestro bienestar.
Los límites nos ayudan a mejorar la calidad de nuestras relaciones y en definitiva a aumentar el amor propio.
Establecer límites es necesario si queremos aumentar el amor propio.
5. Protégete de las personas tóxicas
Una persona que se ama se protege de las personas tóxicas y no pierde el tiempo con aquellas que intentan envenenar su espíritu. Lo creas o no, a tu alrededor puede haber más de un perfil de estas características. Aprende por tanto a manejarlos con efectividad, puesto que no se trata solo de huir o poner distancia.
Amor propio es también saber desenvolvernos ante las situaciones más complejas sabiendo imponer nuestros derechos y necesidades.
6. Perdónate a ti mismo
Los seres humanos podemos ser muy duros con nosotros mismos. Ahora bien, ser responsables de nuestras acciones no implica que tengamos que castigarnos por ellas eternamente. Las personas que se aman a sí mismas aprenden de sus errores, aceptan su humanidad y se perdonan.
El paso que daremos al dar forma a ese necesitado perdón se traduce en una sola palabra: libertad.
Perdonarse a uno mismo es fundamental para aumentar el amor propio.
7. Vive con intención
Para aceptarse y amarse más, siendo consciente de lo que sucede en tu vida, es bueno que tengas al menos un propósito. Si tu intención es vivir una vida significativa y saludable, debes tomar las decisiones que apoyan esta intención. Esto te permitirá estar bien contigo mismo cuando tengas éxito en este objetivo. Descubrirás que puedes quererte mucho más si ves cómo logras lo que te propusiste hacer. Para ello es necesario establecer tus intenciones de vida.
8. Acepta que no puedes controlarlo todo
Para aumentar el amor propio, también es necesario asimilar que nuestras acciones no pueden controlar todo lo que queramos. Siempre habrá situaciones externas que van a escapar de nuestras manos, y si no lo asumimos, estaremos destinados a la inconformidad, frustración e infelicidad.
Por ejemplo, no podemos controlar las acciones de los demás, la incertidumbre del futuro, la economía de la sociedad en la que vivimos; o la opinión que tienen los demás sobre nosotros. Si esa fue tu pretensión, ya es hora que la cambies.
Por tanto, si quieres fortalecer el amor que te tienes, lo ideal es que empieces a aceptar que no todo puede ajustarse a lo que tu esperas. Y eso está bien. De hecho, lo bonito que tiene la vida está en su capacidad para sorprendernos. Así que, suéltate un poco y deja que te sorprenda.
No se puede amar a otro más de lo que uno se ama a sí mismo: por lo tanto, es necesario aprender a amarse para poder ofrecer amor, un amor más auténtico y significativo a quienes nos rodean. Vale la pena reflexionar…..