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Mindfulness y ejercicio físico

Segunda parte….

Buscando una práctica segura

La fuerza física y la resistencia son condiciones físicas saludables que generalmente no causan daño. El daño es más probable que se produzca por formas no seguras o excesivas de ejercicio. De modo similar mindfulness es una capacidad humana natural benéfica;  pero podrían surgir efectos negativos de una forma de práctica inapropiada o mal dirigida.  Se sugiere considerar lo siguiente:

  • Normalmente se propone al igual que el ejercicio físico empezar la práctica gradualmente: las breves de baja intensidad que no conllevan riesgo alguno. Son útiles al principio las grabaciones, apps, libros, guías. Las prácticas moderadas implican más tiempo y otorgan resultados más notables.
  • Los programas de 8 semanas de reducción del estrés suponen un compromiso con prácticas moderadas diariamente. Es un proceso gradual dirigido y debe hacerse cuando uno está motivado a esa experiencia. Las dificultades que puedan surgir son adecuadamente manejadas por un buen instructor.
  • Las prácticas más intensivas como son en los retiros de meditación –de uno a varios días- dónde se medita unas horas cada día, a menudo en silencio, deben ser realizadas en el momento oportuno, cuando la persona sienta anhelo de profundizar  y con  guías de confianza. Igual que una maratón no se realiza sin un período previo de entrenamiento en resistencia, la mente necesita prepararse para los largos tiempos de silencio.
  • Cuanto más vulnerable psicológicamente es la persona, mayor necesidad de cuidar cuándo y cómo se enseña mindfulness. Un profesional de salud mental es importante como apoyo para una práctica adecuada con personas con trastornos físicos o psíquicos.
  • Calidad de la instrucción. Es importante una persona guía competente con una experiencia personal amplia, que sepa motivar e inspire confianza. Un grupo de apoyo con experiencia es un refuerzo muy útil una vez superada la primera fase de instrucción.

 Desmitifiquemos la práctica:

  • No idealicemos la práctica de mindfulness.  Mucha gente se acerca a mindfulness para sentirse mejor o reducir el estrés. Se debe señalar que hay muchos  caminos que  pueden ser útiles, como son  el yoga, las diversas terapias o alguna forma concreta de ejercicio físico. Cada persona debe elegir lo más apropiado en un momento concreto.
  • Mindfulness conlleva dificultades. Al igual que el ejercicio físico puede ser incómodo, pero es además un camino mental de atención y consciencia. Se trata de aprender a reconocer y abrirse a todo tipo de experiencias y practicar las elecciones y respuestas vitales.
  • La práctica de mindfulness debe ser empírica. Aún siguiendo las pautas de una buena instrucción, uno debe experimentar con mente abierta y curiosidad, guiarse por los resultados de la experiencia personal, seguir las prácticas útiles y abandonar las que no lo sean.

Inspirado en el artículo de R. Baer y W. Kuyken, aparecido en 2016 en  la web del Oxford Mindfulness Center     http://www.oxfordmindfulness.org/is-mindfulness-safe/

Virginia Barba/servicio Mindfulness

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