Necesidad social de la espiritualidad
Actualmente hay una urgencia social de espiritualidad, pues estamos amenazados por dos peligros simétricos: por un lado, el fanatismo,integrismo y el oscurantismo; por otro lado, el nihilismo.
El peligro integrista lleva a la intolerancia, incluso como sabemos al terrorismo. El nihilismo es la ausencia de valores o principios. El nihilista no respeta nada, no tiene ideales ni valores. Mientras el integrista intenta apropiarse de los valores morales, el nihilista renuncia a ellos.
La espiritualidad, tanto religiosa como laica, consiste en defender los grandes principios, desde el “no matarás” del cristianismo hasta los valores de igualdad y libertad de la Ilustración. No se trata de inventar una nueva moral, sino de transmitir la moral que hemos recibido, y que se ha ido elaborando a lo largo de milenios, y que ha conformado nuestra civilización.
El hecho de creer o no en un Dios no es tan importante. Lo que es erróneo es que, por el hecho de no creer en Dios o en la religión, prescindamos de la herencia moral o los valores de nuestra tradición, porque eso conduce al nihilismo y echa leña al fuego de los fanáticos, que dirán que la única manera de escapar del nihilismo es la religión. No es necesario creer en Dios para estar ligado a unos valores morales.
Practicar la espiritualidad
Aunque no se pertenezca a una religión concreta se puede practicar la espiritualidad a través de la meditación, de la oración, de cultivar momentos de conexión con lo superior, ser más conscientes, plantearse objetivos que trasciendan el yo personal.
Aunque cada uno pueda haber encontrado su propia senda espiritual, aquí van unas sugerencias para desarrollar la experiencia espiritual:
- Lee algún libro de temática espiritual o de pensamientos y afirmaciones
- Explora diferentes religiones o caminos , habla con amigos sobre su espiritualidad.
- Piensa cada día sobre el propósito de tu vida
- Piensa que cosas puedes hacer para mejorar el mundo o tu comunidad. Únete a alguna actividad de voluntariado que te motive.
- Practica meditación u oración, según tu afinidad.
Buscar sentido a la vida
Darle sentido a nuestra vida no es fácil, y es probable que ese sentido vaya cambiando en el transcurso de la vida. Encontrar sentido es importante para la felicidad. He aquí unas sugerencias de los investigadores:
- La vida tiene más sentido al perseguir objetivos armoniosos y al alcance de uno, o mejor si se tiene un plan de vida coherente
- La creatividad (en el arte, la ciencia, o en el propio autoconocimiento) puede dar sentido a la vida de uno o incluso servir de inspiración a otras personas.
- Muchos encuentran sentido en el trauma y las dificultades. El sufrimiento puede aportar crecimiento y dar un nuevo significado a la vida.
- Las experiencias espirituales (de consuelo ante una celebración, de sobrecogimiento ante el misterio, de unión con los demás, de admiración ante la belleza o la inmensidad, etc.) sirven para dotar de más sentido a la vida.
La oración
Es una manera universal de practicar la espiritualidad. Según las encuestas, 7 de cada 10 personas rezan todos los días; solo un 6 por ciento no reza nunca. Todas las religiones tienen su propia forma y tradición de rezar.
Aquí van unas ideas, si te motiva rezar:
- Dedica unos minutos a orar cada día. Puede ser una petición para el bien propio o de otros, o simplemente para estar en la presencia.
- Puedes rezar de forma espontánea y en situaciones concretas. Por ejemplo cuando ves algo hermoso o un acto amable; o bien cuando sientes tensión o rabia.
- Di una oración al despertarte, antes de dormir o antes de comer. Especialmente interesantes por sus beneficios psíquicos son las oraciones de gratitud.
La meditación
Una de las limitaciones de la actual investigación sobre religión es que casi toda gira en torno a las creencias judeocristianas. Las religiones orientales ofrecen una perspectiva distinta: hay una espiritualidad contemplativa explícita. El budismo usa la herramienta de la meditación para el desarrollo espiritual.
La meditación abarca una familia de técnicas con nombres diferentes (meditación zen, vipassana, Meditación trascendental, etc), pero generalmente comparten el ingrediente fundamental de cultivar la atención en el presente.
Se puede hacer de diversas maneras:
- Meditación de concentraciónen un solo objeto (un mantra, la respiración, una llama, etc.)
- Meditación consciente abierta: en pensamientos, imágenes, sonidos, etc., observando lo que aparece en la consciencia.
- Meditación contemplativa:abriéndose a lo superior, contemplar el misterio de la vida.
- Meditación intencional: para el desarrollo de cualidades (como la bondad, la fortaleza, etc.) o conseguir objetivos.
Los expertos recomiendan varios elementos clave durante la práctica como:
- No juzgar: observar el momento presente con imparcialidad
- No esforzarse, despreocuparse, soltar la tensión (actitud de desapego)
- Tener paciencia: dejar que las cosas se desarrollen a su ritmo.
- Tener confianzaen ti mismo y en la práctica
- Ser abierto: presta atención a las cosas como si fuera la primera vez