La bondad, de Naomi Shihab Nye
Mal sabrás lo que es la verdad
si no has perdido antes nada
y el futuro no se ha disuelto ante tu impasible mirada
como la sal en el caldo.
Si no has visto desvanecerse ante tus ojos
lo que con más celo conservas y atesoras.
[…]
Si quieres llegar al abismo de la bondad
deberás atravesar antes el abismo de la tristeza.
Debes despertarte con la tristeza
y familiarizarte con ella hasta que tu voz
exprese el hilo que engarza todos los pesares
y descubras la magnitud de la tela.
Sólo entonces la bondad tendrá sentido,
la bondad que ata los cordones de tus zapatos
y te manda echar las cartas al buzón y comprar el pan;
la bondad que asoma su cabeza
sobre la muchedumbre susurrándote:
“Yo soy lo que siempre has buscado”,
y a partir de entonces te acompañe siempre,
como una sombra, como el mejor de los amigos.