“Instante”, de Wislawa Szymborska
Camino por la ladera de una verdeante colina.
Hierba, florecillas en la hierba,
como si fuera un cuadro para niños.
Un neblinoso cielo ya azulea.
Una vista sobre otras colinas se extiende en silencio-
Como si aquí nada hubiera de cámbricos, silúricos,
ni rocas gruñéndose las unas a las otras,
ni abismos elevados,
ninguna noche en llamas
ni días en nubes de oscuridad.
Como si no pasaran por aquí llanuras
en febriles delirios,
en helados temblores.
Como si sólo en otros lugares se agitaran los mares
y desgarraran las orillas de los horizontes.
Son las nueve y media hora local.
Todo está en su sitio en ordenada armonía.