En cierta manera podemos contemplar «Amar» como una decisión. Amar es dedicación y entrega. Amar es un verbo y el fruto de esa acción es el amor. Se puede ver como un ejercicio de jardinería: Arranca lo que hace mal, prepara el terreno. Siembra, se paciente, riega y cuida. Hay que estar preparado porque habrá plagas, sequías o exceso de lluvias, pero no abandones tu jardín. Ama, acepta, valoriza, da afecto, ternura, admira y comprende.
No es fácil elegir a la persona adecuada. Si estás buscando pareja quizá pueda orientarte lo que escribe Adaísa:
«Elige a alguien que decida liberar su corazón. Que quiera sanar sus heridas en lugar de embalsamarlas entre murallas. Que desee expandir todo lo que tiene dentro, aprender de la vida y compartir su Amor.
Elige a alguien que esté dispuesto a Amar; Amar con lealtad, con honor y respeto. Que pueda mirarte como complemento y una extensión de su templo interno. Que sea bondadoso con todos los seres y busque armonía en la vida.
Elige a alguien que entienda que el Amor es sagrado, que cuando los cuerpos se tocan las almas se conectan y comparten su energía en un acto divino.
Elige a
alguien que te ofrezca su luz y no te haga pagar por sus sombras. Que desee
crear, crecer y manifestar a tu lado, esa es la finalidad de ser pareja:
Acompañarse …
Elige a alguien que quiera evolucionar a tu lado
Llegarás a mí, cuando me convierta en lo que busco de ti «