Terapias psicológicas y Midfulness
Mindfulness es prestar atención a los contenidos de la mente con aceptación y sin juzgarlos. (J.Kabat-Zinn)
Podríamos definir el Mindfulness desde tres enfoques:
– como entrenamiento de mente y cuerpo
– como herramienta terapéutica
– como estado de consciencia
Hoy también se está divulgando ampliamente como herramienta terapéutica. Esto sucede tanto en el campo de los trastornos físicos como en el de los psicológicos.
En la actualidad se está produciendo una transformación del enfoque psicoterapéutico, que se manifiesta en las denominadas terapias de tercera generación.
Las terapias que han sido objeto de mayor estudio científico durante el siglo pasado evolucionaron de este modo: las terapias de primera generación, que se basaban en propiciar el cambio de las conductas para ayudar a las personas con su malestar (la hipótesis sería: si actúas de forma diferente, te sentirás diferente); las terapias de segunda generación, añadieron el cambio de la forma de pensar para la mejora personal (hipótesis: si piensas de forma diferente, te sentirás diferente) Aquí aparecen las técnicas cognitivas de cambio de creencias irracionales y pensamientos distorsionados. Estas dos generaciones primeras asumían que las personas podían cambiar.
Hoy día se ha añadido un nuevo modelo en las terapias de tercera generación, que incorporan el concepto de aceptación. Se considera que no todo se puede cambiar en la vida y que lo más realista es enseñar al paciente a vivir con lo inevitable.
Recapitulando podemos decir que se amplía el abanico de respuestas de la persona ante una dificultad: se pueden cambiar las acciones, se pueden cambiar los pensamientos o patrones mentales y también aceptar la realidad de una forma consciente.
Las terapias más conocidas de esta tercera generación son la Terapia Cognitiva basada en la Atención Plena (MBCT), la Terapia Dialéctico-Conductual (DBT) y la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT). El Mindfulness es una técnica aliada de estas terapias, para promover actitudes sanadoras como la paciencia, la aceptación ante la realidad cambiante y la desidentificación con los contenidos mentales.
Mindfulness en la práctica clínica
Mindfulness se muestra eficaz en el tratamiento de los trastornos de ansiedad
El ser humano tiene la capacidad de vivenciar un tipo diferente de miedo al que tienen los animales, el miedo psicológico, el cual puede adoptar diversas formas: ansiedad, estrés, agitación, desazón, preocupación, tensión, obsesión temor, fobia pero su peculiaridad es que no tiene nada que ver con ningún peligro real, objetivo e inmediato. Siempre se refiere, bien a algo que podría pasar o que ya pasó y podría volver a ocurrir, no a algo que está sucediendo en este momento. El organismo de la persona que lo padece está “en el aquí y ahora”, mientras que su mente está en el futuro anticipando realidades posibles o repeticiones de realidades pasadas
Mindfulness se muestra eficaz en terapia cognitiva para la depresión
Desde el modelo de Terapia cognitiva para la depresión de Aaron T. Beck, plantea que la depresión viene originada por múltiples causas, en primer lugar se encuentran experiencias negativas tempranas que determinarían la aparición de esquemas o actitudes disfuncionales que se mantienen a lo largo de la vida, y son difícilmente accesibles verbalmente.
La depresión vendría activada por eventos estresantes (duelo, problemas conyugales o laborales), que activarían dichas actitudes disfuncionales. Y a consecuencia aparecerían los llamados pensamientos negativos, reflejando una visión negativa de uno mismo, el mundo y del futuro (ej. “jamás seré feliz”, “el mundo no merece la pena”.
Existen variedad de estrategias que pueden ser usadas en terapia para trabajar el cambio. Teasdale, propone la práctica del Mindfulness, ya que supone procesar contenidos similares (pensamientos negativos) pero desde una configuración diferente, incompatible con la configuración del engranaje depresivo, sin tratar de cambiar los contenidos de los esquemas disfuncionales.
La esencia del entrenamiento en atención plena o Mindfulness en terapia cognitiva (TCAP) es la utilización intencionada del control de la atención para establecer esa configuración de información incompatible con la configuración del engranaje depresivo. El foco está en aceptar sin cambiar ni juzgar la experiencia, y permitir que las cosas sean como son. Se entra en estado “modo ser”, donde los pensamientos o imágenes que aparecen en la mente, de los que hay que ser consciente para luego dejarlos marchar. Justo lo contrario de rumiación: “modo hacer” que es un modo orientado a la consecución de una meta, donde la mente siempre anda divagando sobre como deberían ser las cosas. El objetivo de la TCAP es entrenar a los participantes en las habilidades (Mindfulness) que les permitan pasar del modo de Hacer al modo Ser.
Intervenciones terapéuticas en el trastorno obsesivo compulsivo (TOC)
En la actualidad, el TOC se encuadra dentro de los trastornos de ansiedad y su definición incluye obsesiones y compulsiones.
Los avances en la investigación neurocientífica de Mindfulness están permitiendo un conocimiento más preciso de las áreas cerebrales que se activan cuando se practica Mindfulness.
La lógica de la introducción de Mindfulness en los tratamientos psicológicos se asienta en el hecho de que su práctica conduce a la formación de un círculo virtuoso, que se ha demostrado útil en el tratamiento de numerosos trastornos psicológicos, así como en programas de mejora de la salud y bienestar y también en la mejora del funcionamiento cognitivo. En realidad, no deja de resultar intrigante que la práctica de Mindfulness, en apariencia tan simple, pueda tener un efecto tan positivo y beneficioso en una gama amplia de trastornos. Para entender este hecho es necesario profundizar en los mecanismos implicados en la formación y mantenimiento del círculo virtuoso del Mindfulness. En un trabajo reciente de Hölzer y Lazar, el círculo virtuoso de la práctica de Mindfulness se sustenta en el funcionamiento integrado de cuatro mecanismos de acción: a) la regulación de la atención, b) la conciencia corpórea, c) la regulación de la emoción, que incluye la re-evaluación, la exposición, la extinción y la re-consolidación, y d) el cambio de perspectiva sobre sí mismo.
La regulación de la atención se fortalece con la práctica de minfulness, ya que ésta supone mantener la atención focalizada sobre el objeto elegido, detectar las distracciones así como retornar la atención al objeto. Los efectos positivos de la práctica del mindulness han sido corroborados no solo por medio de medidas de auto-informe, sino también en tareas experimentales. El área cerebral que se considera asociada con la regulación de la atención es la circunvolución cingular anterior
La conciencia corpórea se incrementa con la práctica de Mindfulness, porque ésta supone la focalización de la atención sobre la conciencia de la respiración o bien sobre las sensaciones corporales. El área cerebral que se activa es la ínsula y la zona del cerebro en la unión de los lóbulos temporal y parietal
La regulación de la emoción se fortalece con la práctica de Mindfulness de dos maneras: Por un lado, se instruye a los practicantes a que se acerquen a la experiencia aceptándola, sin juzgarla; esto promueve la interrupción de los automatismos y favorece una re-evaluación del estímulo. Se activa el área dorsal de la corteza pre-frontal. A la vez al exponerse a lo que está presente en la experiencia sin reaccionar a ello, se promueve la exposición, la extinción y la re-consolidación activándose también la amígdala y el hipocampo.
El cambio de perspectiva sobre sí mismo es promovido por la práctica del Mindfulness, porque se promueve la desidentificación con un sentido estático del mismo, así como en la toma de contacto con un sentido fluido del sí mismo. Todas las áreas cerebrales mencionadas antes estarían implicas en este cambio.
Parece claro el porqué la práctica de Mindfulness, facilita la formación y el fortalecimiento de un círculo virtuoso, que no sólo resulta central para salir de los círculos viciosos autorreferentes que sustentan la patología, sino que también resulta clave para describir cómo abordar la vida de una manera saludable y valiosa-un objetivo planteado por la corriente actual conocida como psicología positiva.
Trastornos de la conducta alimentaria (TCA) e intervenciones psicoterapéuticas que incorporan Mindfulness
Las intervenciones psicoterapéuticas basadas en Mindfulness parecen ser efectivas en el tratamiento de los TCA aunque es necesario continuar realizando más investigación para conocer la contribución exacta del las prácticas del Mindfulness en los resultados finales. Las diferentes intervenciones psicoterapéuticas que incorporan Mindfulness difieren en el grado y en el foco de las prácticas. Todas ellas tienen en común el fomentar la aceptación.
La atención y la conciencia Mindfulness es fundamentalmente una forma de ser y estar en el mundo, una forma de relacionarnos con la experiencia de una forma abierta y receptiva, sin estar influidos por pautas condicionadas de percepción, que enturbia la conciencia y sin intentar modificar la experiencia para que se ajuste a las pautas aprendidas.
Sobre todo, Mindfulness es libertad, libertad al poder desapegarnos de las reacciones automáticas, de la reactividad y del sufrimiento
En el tratamiento del dolor crónico
El dolor crónico se asocia además con un importante sufrimiento emocional, para la persona que lo padece y para sus allegados
En particular la práctica de la Atención Plena o Mindfulness entrena la observación de la experiencia de dolor o la experiencia sensorial, sin juzgarla como buena o mala, y sin reaccionar a ella de modo que progresivamente se puede ir produciendo una desvinculación entre el dolor y la valoración afectiva guiada por esa reacción de alarma. De hecho, algunas investigaciones sugieren que mientras la experiencia de dolor nociceptiva puede permanecer sin cambios, los componentes emocionales y cognitivos de la experiencia dolorosa parecen disminuir significativamente, dando como resultado menos sufrimiento emocional.
El programa de reducción de estrés basado en la atención plena o Mindfulness (ver docencia), en mi blog, cuenta entre sus primeras publicaciones con algunos estudios en el campo del dolor. Estudios más recientes sobre Mindfulness y en general métodos basados en la aceptación demuestran que tras un entrenamiento en Mindfulness, hay una mejoría en el funcionamiento de las personas que sufren de dolor crónico que se refleja en un menor trastorno emocional y atencional y una menor interferencia en las actividades de la vida diaria.
La investigación empírica nos dice que el papel de la atención es especialmente importante en el afrontamiento al dolor. Además las técnicas de manejo de la atención pueden potenciar los efectos de otras terapias concomitantes como el caso de fisioterapia.
Mindfulness en los trastornos de la personalidad
La práctica del Mindfulness se ha incluido en programas de intervención que tienen como finalidad el tratamiento de diversos problemas psicológicos. Los tratamientos más conocidos son el Programa de Reducción del Estrés basado en técnicas de Mindfulness (MBSR), en español (REBAP)clik docencia, la Terapia Dialéctico-Comportamental (DBT), la Terapia de Aceptación y Compromiso, y la Terapia Cognitiva basada en Mindfulness.
Mindfulness puede definirse como el acto de focalizar la atención de forma intencionada en el momento presente con aceptación. Germer, destaca tres elementos fundamentales para entender la utilización de la práctica de Mindfulness:1) conciencia, 2) de la experiencia presente, 3) con aceptación. La conciencia plena fomenta ser consciente de lo que está pasado en el momento presente sin juzgar o rechazar lo que está ocurriendo, tomar conciencia de nuestras experiencias internas y externas sin rechazar nada, sin aferrarse a nada.
Las personas con trastornos de la personalidad se caracterizan por un sentido de la identidad deteriorado, que no ha podido desarrollarse de forma sana, por patrones de funcionamiento no adaptativos e inflexibles que fomentan el malestar y la insatisfacción personal.
Los trastornos de la personalidad constituyen patologías complejas y difíciles de abordar en terapia. Aquí nos vamos a referir al Trastorno Límite de la Personalidad (en adelante TLP) que supone un gran sufrimiento y una sensación de falta de rumbo vital, de vacío y abandono. De etiología multifactorial, Linehan lo conceptualiza el TLP como una disfunción del sistema de regulación emocional producto de la interacción entre aspectos biológicos y un ambiente invalidante. Los pacientes con TLP están constantemente “escapándose” de sus experiencias, sobre todo emocionales debido a que han “aprendido” que son muy dolorosas. Tienden a no participar de las experiencias presentes. Que el paciente sea capaz de tomar conciencia de sus experiencias es un primer paso para, validar lo adaptativo e identificar aquellas experiencias problemáticas que tienen consecuencias muy negativas en sus vidas.
Tomar conciencia es el primer paso para aceptar la realidad y cambiar lo disfuncional. Sólo desde la aceptación será posible el cambio. Esta es la premisa fundamental de la Terapia Dialéctica Comportamental.(DBT)
Señalar que esta práctica de Mindfulness, se puede utilizar para otros trastornos de personalidad como: el de Cluster C, por evitación o el trastorno de la personalidad obsesivo- compulsiva ya que aunque tienen problemas de regulación emocional distinta al del TLP, también tienen la tendencia a escaparse de las experiencias del momento presente, por lo que un entrenamiento en mindfullness y un énfasis en la aceptación combinada con el cambio les resulta muy beneficioso
Lectura inspiradora: “Mindfulness en la práctica clínica”de Mª Teresa Miró y Vicente Simón. DDB