Primera parte…
El silencio es un tesoro que poseemos pero no usamos en su totalidad ya que estamos inmersos en un continuo ruido causado por las condiciones de vida actuales.
La palabra silencio no implica ausencia total de ruidos ya que _aunque nos quedemos en un silencio absoluto_ el ruido puede no cesar en nuestras mentes, que suelen estar por demás agitadas.
En todas las tradiciones espirituales de la humanidad hay una valoración del silencio y la quietud que necesitamos recuperar. Solo cuando la mente se aquieta es posible ver la verdad de lo que realmente somos.
La meditación Mindfulness es un proceso de liberación de la conciencia. La conciencia se libera en el silencio.
Todo sucede en el silencio. La conciencia adquiere un rol protagónico en el silencio.
El espacio sutil, misterioso, entre mundo de fondo y superficie se encuentra en el silencio.
El instrumento clave en la práctica meditativa es el silencio
Resulta difícil que la profundidad que se da en el silencio, no quede deformada por la tendencia a sustituirlo por la palabra, la explicación. Este es el punto débil de nuestra cultura.
El silencio está a veces tan cargado de significado que torna innecesaria la palabra, no solo porque la hace inútil, sino porque al hablar se echaría a perder esa esencia tan frágil que lleva consigo el silencio, y que impide que se le toque.
El silencio es un homenaje que el habla tributa al espíritu
Observar desde el silencio las tensiones corporales si es que las hay…observar desde el silencio las emociones….observar la relación de la mente con el silencio.
En el silencio surge una actividad paciente y por momentos pacífica.
Hay muchas propuestas de buscar el silencio como antídoto contra la dispersión, contra los efectos de estrés dañino, y es interesante esa ayuda para calmarnos, pero…hay mucho más que decir sobre el silencio.
Palabra y silencio son dos pilares de la cognición humana. Dos vías que se complementan en nuestra relación con la vida: pensar y contemplar.
La palabra ordena, separa, simplifica, abstrae, interpreta, filtra, describe, gestiona…
El silencio atiende, escucha, se abre a la recepción de la presencia del existir. Es puerta al reconocimiento, a la valoración. Es fuente y fundamento de percepción asombrada, del interés gratuito, de veneración… ¿por qué?
El silencio puede ser tan rico como la palabra; no digo que el silencio sea más importante que la palabra. Daros cuenta que el silencio es una manera de comunicar, una manera de recibir, una manera de dar, que no la tenemos para nada explorada.
El silencio es un reorganizador del psiquismo. Las cosas son orgánicas, son dinámicas, y que desde una plena atención podemos darnos cuenta que se abre un espacio donde esto se amplía, se pone de manifiesto…y es esto, no hay fórmulas, no hay métodos.
A caso podamos dar respuesta a quienes somos, qué hacemos aquí y hacia dónde vamos en y desde el silencio.
No resulta fácil permanecer en silencio con uno mismo sin más. Conviene empezar a meditar en y desde el silencio durante cinco minutos e ir aumentando un minuto por día hasta habituarse. Benefíciate del silencio.
Ahondamos en la práctica del silencio, ejercitando la herramienta cognitiva de la atención, atención focalizada y abierta a lo que se presente. Y ahondamos bajando el volumen del yo, de modo que no ocupe todo nuestro espacio mental, de modo que podamos liberarnos de su dictadura.
Un ejercicio interesante es permanecer medio día o un día sin tele, sin móvil, sin hablar, sin interactuar y realizar todas las actividades en silencio. Observarás que un mundo nuevo se abre anti ti. Más profundo, más sutil…