¿Envejeces o te haces viejo?
¿Por qué unas personas parecen envejecer mejor que otras? En ocasiones, achacamos las diferencias a la salud, por ejemplo, o a la estabilidad financiera. Sin embargo, a menudo hay un detalle que pasamos por alto, y es que envejecer o hacerse viejo son cosas diferentes.
No parece que la verdadera respuesta esté en la salud o el estatus económico. No hay duda que esto ayuda, pero muchas personas con estas dos facetas de su vida en buenas condiciones parecen llevar una vida bastante miserable en comparación con otras que enfrentan desafíos importantes en ambos aspectos.
Las personas que envejecen con un espíritu juvenil no se sienten viejos. Al contrario. Muchas de ellas se quejan de tener que compartir actividades, costumbres y hábitos propios de viejos. Esto, fuera de la sonrisa que pueda despertarnos, es una realidad que cambia por completo la forma de entender el envejecimiento.
¿Por qué se envejece mal?
Esta es una pregunta muy difícil de responder. Lo cierto es que las personas no cambian tanto cuando envejecen. Lo que sí ocurre es que, quizás, nos acercamos más a nuestro verdadero yo. Quizás ya no hay tantas energías para ocultar nuestro verdadero ser.
En muchos casos, las personas que envejecen victimas de su propio mal humor, falta de empatía, llenas de rencor y frustraciones no son más que un reflejo de cómo han vivido sus vidas. Probablemente en muchos casos ya eran así antes de hacerse mayores. Es solo que cada vez se hace más difícil ocultar la verdadera naturaleza y se refleja en todos los aspectos de nuestra vida.
Envejecer sintiéndose joven
Hay algunos patrones y cualidades clave que parecen compartir las personas que envejecen sintiéndose jóvenes. En estas pautas parecer residir la verdadera diferencia entre envejecer o hacerse viejo.
¿Podemos evitar envejecer antes de tiempo? ¿Podemos envejecer sin sentirnos viejos? ¿Cuál es el secreto de las personas mayores que disfrutan de vidas significativas, completas y gratificantes? Tenemos algunas pistas que nuestros mayores más vibrantes nos han dejado como legado.
A tener en cuenta:
- Conservar la pasión, la mirada en el horizonte, parece un punto clave. Optar por actividades que nos motiven, que nos hagan emocionarnos. Ser creativos, ayudar en causas comunes, adquirir compromisos y completar una agenda diaria.
- Mantener y construir relaciones sanas a nuestro alrededor. La familia es importante, sí, pero construir amistades que perduren es una garantía de futuro bienestar emocional. También el altruismo es una cualidad común que comparten las mayores que envejecen bien.
- Ayudar a otros le aporta a uno una sensación de significado, de que tu vida tiene valor porque eres útil para alguien. Ser capaz de ayudar a otros tiene una repercusión muy positiva en la autoestima.
- También nuestros mayores jóvenes comparten un gusto por la diversión y el sentido del humor. Divertirse no tiene edad y la risa es una fuente de vitalidad. Un sentido del humor cultivado es un fantástico ejercicio para nuestro cerebro.
- Las creencias, los valores personales, las prácticas espirituales. Conceptos absolutamente personales que son el reflejo de nuestros valores, cada uno el que mejor encaje con él mismo. Esta parece ser otra fuente inagotable de rejuvenecimiento.
Envejecer o hacerse viejo
Estas cualidades que parecen marcar grandes diferencias entre envejecer o hacerse viejo no son algo que uno desarrolle a cierta edad para envejecer mejor. No nos damos cuenta, pero todos envejecemos cada día.
Cómo estemos viviendo ahora mismo nuestras vidas, cómo nos sintamos hoy en nuestra propia piel es lo que va a decidir de alguna forma si vamos a disfrutar de nuestra vejez o si por el contrario vamos a sufrirla.
¿Estás preparado para el reto?