Se puede considerar semejante al entusiasmo. La alegría es la gasolina que mueve el motor, es la fuente de energía que nos permite llevar a cabo nuestros proyectos. En la constelación de la alegría giran el amor, la esperanza, la confianza, la felicidad, la gratitud,…
La persona alegre valora y sabe apreciar las cosas, y para que eso ocurra debe darse cuenta de las cosas maravillosas de la vida.
No obstante lo habitual es encontrarse obstáculos a esta emoción, como el enfocar demasiado la mirada en lo negativo, la dispersión de la atención o la saturación de objetos o emociones. La alegría pide sobriedad, atención y dejar fluir.
El mal humor es la pérdida de control de las emociones. A veces se mezcla el cansancio con la irritación, se crea descontento, dejando las personas de ser amables consigo mismas y los demás.
Disfrutar el presente
En esta vida moderna, estamos
generalmente trabajando, estudiando, haciendo cosas para conseguir llegar
a algún sitio
Parece que lo más importante ocurrirá en el futuro, de modo que rara vez vivimos en el presente.
Saber disfrutar de lo bueno de la vida es uno de los principales ingredientes de la felicidad. Mucha gente solo entiende lo que es realmente disfrutar, después de superar síntomas dolorosos, después de un buen susto, o de toparse con la mortalidad.
Potenciar la alegría de vivir
Podemos considerar que disfrutar tiene un componente pasado, presente y futuro. Se disfruta del pasado rememorando momentos especiales. Se disfruta del presente viviendo de verdad el momento, saboreándolo y siendo consciente. Se disfruta del futuro cuando lo esperas y lo imaginas positivamente (esto es un componente del pensamiento optimista).
Los investigadores definen disfrute como los pensamientos o comportamientos capaces de generar, intensificar y prolongar el placer. Cuando te detienes a oler las rosas en el camino, y tomas conciencia de ello, estas disfrutando.
Según la investigación, las personas que tienden a disfrutar tienen más confianza en sí mismas y están más satisfechas.
¿Es posible desarrollar nuestra capacidad de disfrute?
Sí, dedicando esfuerzo y estando motivados a ello. A veces nuestra atención se llena de pensamientos molestos y persistentes sobre el pasado, presente o futuro. Por otro lado el llamado proceso de adaptación hedonista hace que obtengamos cada vez menos placer al habituarnos a un estimulo agradable. Necesitamos cultivar esta capacidad de disfrute.
Estrategias para cultivar la alegría o disfrute
- Saborea las experiencias gratas habituales. Toma más conciencia cuando ocurren los placeres cotidianos y aprovéchalos al máximo.
- Disfruta y rememora con familiares y amigos. Suele ser más fácil disfrutar compartiendo una experiencia positiva con otra persona. Dedica un tiempo a esta actividad. Está demostrado que incrementa muchas emociones positivas.
- La reminiscencia positiva es evocar recuerdos positivos y recrearse en los detalles. Es una actividad que aumenta el bienestar produciendo placer por sí misma y ayuda a disfrutar más del presente. Además tiende a fortalecer tu sentido de identidad, incrementar la autoestima, tomar conciencia de uno mismo y apreciarse más.
- Revive los días felices. Se trata de recrearse con detalles en los acontecimientos de un día muy feliz. No se trata de un análisis mental, sino de revivir sensaciones y deleitarse en ello.
- Celebra las buenas noticias. Se ha comprobado que compartir éxitos con los demás trae más bienestar y emociones agradables. Felicita a los demás o a ti mismo. Y disfruta de la ocasión al máximo.
- Permanece abierto a lo bello y a lo admirable. Intenta sentir veneración y respeto. Ello aporta más alegría, sentido y conexión.
- Desarrolla la consciencia. Las personas muy conscientes del aquí y ahora son modelos de salud mental, tienden a ser más felices y optimistas y a estar más satisfechos con la vida. La práctica de la consciencia corporal, de la respiración, y la meditación son técnicas para desarrollar la conciencia.
- Disfruta con los sentidos. Presta atención y recréate con los placeres momentáneos y momentos mágicos (un olor, un sabor, un sonido, una vista, etc.)
- Crea un álbum de recuerdos gratificantes, con fotos de personas, lugares o cosas que más te gustan. Puedes incluir otros elementos significativos, una carta de amor, una receta favorita, el dibujo de un niño, etc. Es una buena estrategia para saborear recuerdos. Además va muy bien revisar el álbum cuando uno necesita animarse.
- Recréate en recuerdos de antaño, los que hacen sentir el calor del pasado, y generan sentimientos positivos.
Para profundizar: La ciencia de la felicidad, de Sonia Lyubomirsky
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