La amistad, ¿valor en alza?

Todo cambia

Primera parte…

«Por lo tanto, el sabio no se apega,
pues el apego genera el miedo.
Entiende esto y grábalo firmemente:
Todo lo que se desea, por naturaleza, acabará desapareciendo.» Shantideva

Aceptar que todo va a cambiar
Y los maestros dicen y en concreto el Venerable Lama Rinchen Gyaltsen durante un curso sobre la impermanencia que, la segunda contemplación es saber, descubrir y más que nada aceptar que todo está en movimiento. Todo está cambiando, no hay ni una cosa que esté estática. Por lo tanto no te ilusiones en crear expectativas falsas. En que tu felicidad dependa de esa cosa, o de esa persona, porque va a cambiar. Entonces la felicidad tiene que ser nuestra, de dentro, si hay dependencias somos vulnerables y como todo está cambiando es una garantía de que tarde o temprano vamos a estar sin ese apoyo, sin ese ancla. Entonces no deberíamos generar falsas expectativas o seguridades. Esto no quiere decir que tengamos que ser un ermitaño, pobre, en una cueva. Podemos y debemos vivir plenamente aprovechar de todo, disfrutar al máximo. Tener relaciones bellísimas, pero sin engaños, sin dependencias, sin aferramiento, sin apego. Y descubrir que de la misma manera que no podemos depender eternamente en las cosas y las personas tampoco podemos dormirnos en los laureles. Nuestra vida también se está moviendo, está cambiando. La oportunidad espiritual, si no alimentamos ese fuego, si no agregamos leña, si nuestro fervor espiritual no aumenta se va diluyendo. Se va apagando como una llama. Y nuestro cuerpo se desgasta cada vez un poquito más viejo, más arrugas, más canas…y eventualmente va a dejar de funcionar. Eso no es una enseñanza esotérica, o religiosa, o budista, eso es sentido común. Todo el mundo acepta que si hay vida hay muerte. Y si no estamos preparados somos víctimas, el que no se prepara para algo qué es una eventualidad es un poco inconsciente e irresponsable.

En el siguiente artículo veremos los cuatro pasos para contemplar la impermanencia

Continuará…

Virginia Barba

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