Anoche
la lluvia
me habló
despacio, diciendo,
que alegría
me da caer
desde la fresca nube,
Ser feliz otra vez
de una manera distinta
en la tierra.
Eso es lo que decía
mientras desprendía,
olores de hierro
y desaparecía
como un sueño del océano
entre las ramas
y la hierba debajo.
Entonces todo acabó.
Yo estaba de pie
bajo un árbol.
El árbol era un árbol
con hojas dichosas,
y yo era yo misma,
y había estrellas en el cielo
que también eran ellas mismas
en el momento
un momento en el que
mi mano derecha
sujetaba mi mano izquierda
que a su vez agarraba el árbol
que estaba lleno de estrellas
y lluvia suave-
¡imagínate! ¡imagínate!
los largos y maravillosos viajes
que nos esperan.
(Mary Oliver)