Pensaba que era tímida mi alma, mi ser,
no la podía ver,
ni consultar, sólo a veces me hablaba, o bien susurraba
o me dejaba una miga de verdad en algún lugar oculto
que encontraba por casualidad,
¿Cuántas no habré encontrado?
Ahora sé que no es tímida, sino
que es sabia
no le importa lo que me importe
lo ha visto ya por lo que es, pasa
quiero saber ¿qué hacer para que hablemos?
quiero hablar conmigo, con ella.
Me sorprende que cuando pienso ¿cómo soy?
no sé responderme,
me vuelvo pensativo
más aún cuando pienso ¿quién soy?
pregunta ridícula tal vez, ¡soy yo!
pues ¿por qué no nos hablamos?
Tal vez sea yo el tímido, el escondido,
el mudo,
las palabras que me salen sólo ruidos
sin sentido, sin sentir, sin verdad
la fuente inaccesible por el muro que construí,
tapándome a mí de mí
(D.M. Campagne)